Acompañamos a una paciente oncológica en el hospital

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La importancia del repertorio personal en el trabajo de Musicoterapia Hospitalaria

Del mismo modo que no es casual la canción que tarareamos incansablemente sin poder zafarnos de ella, los/as pacientes que acompañamos en el hospital nos piden los temas que reflejan su estadode ánimo. A continuación compartimos un caso que ilustra la expresión de emociones profundas a través del repertorio personal de una paciente oncológica (el nombre ha sido cambiado para preservar su identidad):

Encontramos a Kathy con una sonrisa deslumbrante, “¡qué alegría que haya Musicoterapia en el hospital!”. De origen anglosajón, afincada en España y gran amante de la música, Kathy se dispone a pasar un mes ingresada para el tratamiento oncológico que se le ha prescrito.

Es de esas personas con una profunda vitalidad, con una alegría que no parece coraza para desconectarse de la realidad de su enfermedad, sino un sentimiento genuino que brota de sus entrañas y se le desborda en la mirada. Nos pide flamenco, guitarra española y la sesión transcurre como agua de arroyo, ligera y fluida, pasando del “Súbeme la radio” a una versión a capella del “Layla” de Clapton. Kathy participa cantando y tocando las claves.

En nuestro segundo encuentro Kathy está en aislamiento. Sabe que es el día de Musicoterapia y nos espera con ganas. Entramos con mascarillas, calzas, batas y guantes. Sus defensas están bajas y su estado de ánimo también. Se refleja en la música con la que trabajamos: “Hallelujah” de Leonard Cohen y “Yesterday” de los Beatles. Un tono melancólico impregna las melodías de la sesión, “yesterday all my troubles seem so far away” (ayer todos mis problemas parecían tan lejanos). Sus ojos siguen brillantes y canta disfrutando de la música.

En la tercera sesión nos habla de su casa y su pareja, de sus ganas de regresar. Está más delgada, más cansada y sueña… “Somewhere over the rainbow” en la versión de Eva Cassidy,, dulce anhelo de un lugar al otro lado del arcoiris, donde el cielo sea azul. También nos pide “The boxer” de Simon & Garfunkel que habla de “cuando dejé mi hogar y mi familia”. El tono de esta larga sesión vuelve a ser melancólico, parece no querer que nos marchemos…

El cuarto y último día cerramos el proceso de Musicoterapia y de su hospitalización, ya que su alta es inminente. Está pálida, sin pelo, sin fuerza en los músculos… tan sólo su sorprendente sonrisa sigue intacta. Kathy se abre a la vida, a lo que traiga esta nueva etapa y, una vez más, se refleja en la música: “hoy cantamos lo que vosotras queráis”. A través de una improvisación con guitarra y voz a ritmo de blues, ponemos melodía a su proceso, a los encuentros compartidos, y ella toca una pequeña pandereta, participando activamente. Vuelve al mundo tras su profundo viaje, ha sido un placer acompañarla.

 Autora: Berta Pérez Gutiérrez.
www.musicaysalud.org
www.musicoterapiaymaternidad.es

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